Yo soy el pan de la vida.
Cristo Miguel, tú eres el pan de la vida.
Yo soy el agua viva.
Cristo Miguel, tú eres el agua viva.
Yo soy la luz del mundo.
Cristo Miguel, tú eres la luz del mundo.
Yo soy el deseo de todos los tiempos.
Cristo Miguel, eres el deseo de todos los tiempos.
Yo soy la puerta abierta a la salvación eterna.
Cristo Miguel, eres la puerta abierta a la salvación eterna.
Yo soy la realidad de la vida sin fin.
Cristo Miguel, eres la realidad de la vida sin fin.
Yo soy el buen pastor.
Cristo Miguel, tú eres el buen pastor.
Yo soy el sendero a la perfección infinita.
Cristo Miguel, eres el sendero a la perfección infinita.
Yo soy la resurrección y la vida.
Cristo Miguel, tú eres la resurrección y la vida.
Yo soy el secreto de la supervivencia eterna.
Cristo Miguel, eres el secreto de la supervivencia eterna.
Yo soy el camino, la verdad, y la vida.
Cristo Miguel, tú eres el camino, la verdad y la vida.
Yo soy el Padre infinito de mis hijos finitos.
Cristo Miguel, eres el Padre infinito de tus hijos finitos.
Yo soy la verdadera vid; vosotros sois los sarmientos.
Cristo Miguel, tú eres la verdadera vid; nosotros somos los sarmientos.
Yo soy la esperanza de todos los que conocen la verdad viviente.
Cristo Miguel, tú eres la esperanza de todos los que conocen la verdad viviente.
Yo soy el puente viviente que va de un mundo a otro.
Cristo Miguel, eres el puente viviente que va de un mundo a otro.
Yo soy el enlace viviente entre el tiempo y la eternidad.
Cristo Miguel, eres el enlace viviente entre el tiempo y la eternidad.
(Véase LV 182:1.9-26)